Hallan muñecas con genitales perforados para uso sexual en cerro de Quilpué

“La pregunta es: ¿qué clase de hueón desviado está viniendo a nuestros cerros? (…) ¿En qué trabajará? ¿Y si cuida niños?”. Ese es un extracto del monólogo de un joven que grabó un perturbador video en el cerro El Retiro de Quilpué.

Según consigna La Estrella de Valparaíso, el material audiovisual fue captado el pasado lunes por Felipe Hidalgo, junto a un grupo de amigos. En el registro se puede ver a dos muñecas que podrían haber sido utilizadas por alguien para masturbarse.

En efecto, una de ellas tenía los genitales perforados, mientras que la segunda tenía las caderas dislocadas y unos zapatos de tacos de aguja improvisados.

Junto a los juguetes había un espejo roto, además de fluidos que darían cuenta de una especie de fetichismo.

Según dijo Felipe al matutino porteño, al descender del cerro habló con un carabinero. “Le comenté que tenía evidencias y me interesaba que en su labor preventiva se acercaran a la comunidad para abordar la situación”, sostuvo.

“Lo mismo hice con la Fiscalía, pues al existir fluidos, o directamente semen con restos de sangre, podrían ordenar análisis para saber si hay un menor involucrado, pero tomaron mis datos y me dijeron que llamarían. Aún no lo hacen”, añadió.

Fetichismo, masoquismo y pedofilia

En tanto, profesionales consultados por el medio local coinciden en que se trataría de fetichismo.

“Como en el video analizado no se usan muñecas inflables (que tienen cuerpo de mujer), sino que los objetos son muñecas infantiles con ropas de princesas; es altamente probable que estemos frente a pedófilo(s), masoquista (hay palos) y fetichista, por el uso de espejos y ropa de princesas”, aseguró la terapeuta sexual y sicóloga, Eileen Burgos.

Por su parte, Christian Haring, subdirector del Hospital Siquiátrico El Salvador de Valparaíso, coincidió con el perfil y explicó que el fetichismo clasifica como enfermedad “siempre y cuando sea una conducta recurrente durante al menos seis meses, necesaria para la excitación sexual y que afecte la vida social o laboral del sujeto”.

“En el caso de que ésta no afecte la vida social o laboral del paciente, se considera simplemente como una manifestación de su sexualidad”, sentenció el especialista.

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