Abuelito de Conchalí en silla de ruedas asegura que lo estafaron

“El suelo estaba para la historia, había que comprar y lo puse yo, el baño, saqué todo y lo hice, compré el calefón, todas esas cosas hice”.

Para esas remodelaciones es que en 2006 Andrés Figueroa, un adulto mayor en silla de ruedas, con diabetes y una pierna amputada, pidió dos créditos sociales en la Caja de Compensación 18 de Septiembre, cada uno de 500 mil pesos.

Han pasado 13 años de eso y actualmente se le sigue descontando casi el 20% de sus ingresos totales de pensión. Desde la Caja detallan que debe otros cuatro créditos, los que Andrés asegura nunca haber pedido y que, además, nunca recibió el dinero.

Es por esto que el abogado Felipe Besnier del estudio jurídico GrupoDefensa.cl decidió acoger su caso y llevar su historia a la Justicia: “Lo que más me asombra de don Andrés y que lo encuentro admirable es la fuerza que él tiene. Jamás se ha cansado de decirle al mundo que lo que le pasa es verdad”.

Actualmente, presentó una demanda ante tribunales civiles, para que declare la nulidad de los contratos. Justamente en esta acción legal se sustentaron en Cecilia Mujica, perito judicial dactilográfica, quien asegura que las firmas que aparecen en los documentos no corresponden a la de Andrés.

“De esos cuatro documentos periciados, no correspondían, es decir fueron ejecutados por otra persona, por otra mano“, es decir, las firmas no habría sido hechas por Andrés.

Andrés trabajó de los 11 años y sus imposiciones no alcanzaron y hoy es parte de los más de 850 mil adultos mayores que reciben aportes del Estado para completar su pensión.

Desde hace 96 meses se le descuentan las cuotas de $37.376, y que ya van por los $3.588.096.

Sin embargo, desde la Caja dicen que la historia es otra: ratifican que sí emitieron los cheques a su nombre y que las firmas son de su autoría.

Álvaro Saldaño, abogado de la Caja de Compensación 18 de Septiembre, sostienen que “hoy en día no es efectivo que se esté realizando el cobro de ese crédito“.

Algo que no corresponde a la realidad ya que en la última colilla de pago de Andrés aparece el descuento de los 37 mil pesos del crédito, la misma cuota que viene pagando hace años.

El mismo Saldaño agrega que todos los créditos “fueron tramitados en conformidad a la ley y no hay irregularidad alguna, menos falsificación alguna que acusa este caballero”

Además, remata sosteniendo que “la Caja lo que dice es que en cualquier caso no ha tenido responsabilidad alguna en esto, eso es lo que queremos establecer”.

Mientras tanto, lejos de la oficina del abogado, en su humilde casa y con su silla de ruedas, Andrés saca las cuentas: “Hay que pagar agua, luz y gas, así que todas esas cosas a uno lo dejan más o menos“.

Dinero que busca reunir con su trabajo, porque pese a sus evidentes dificultades motoras se las arregla para hacer cruces de madera a mano que vende fuera de una iglesia en Conchalí, las que vende a mil pesos.

“Uno no debiera andar pidiendo plata por ahí, en las cajas, no debiera existir eso, que las jubilaciones para nosotros se arreglen un poquito“. Ese es su único deseo, porque como lo ha hecho durante la última década, se las arreglará para seguir pagando las cuotas.

 

Fuente: www.chilevision.cl

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